martes, 11 de febrero de 2014

¡Un recorrido al pasado!




Volvemos al pasado (no tan lejano)...Osea al capítulo 1 de la obra: Mi esposo??... El cual tuve que reescribir después de haber borrado mi antigua cuenta en WATTPAD

Pero, en fin, aquí os dejo una parte...Si quieres leer el resto podéis pinchar aquí .



*.*-*-*-*-*Capítulo 1-*-*-*-*.


Recuerdo, que de niña, todo el tiempo lo pasaba jugando con mis muñecas.
Inventaba un sinfín de historias con ellas como protagonistas: “La pasarela”, “La cocinita”, “La familia”…Etcétera…

En el último mencionado…Obviamente tenía que haber una mamá, un hijo o hija, y…¡un papá!

Siempre soñé que mi familia sería igual de perfecta como la de mis infantiles juegos. Y desde que tengo uso de razón, siempre quise encontrar a mi príncipe azul. Creía en el amor a primera vista, donde no importaban “cómos” y “porqués”, siempre y cuando todos sean felices.
 
Quería, con toda mi alma, que llegara el día en que encontrara al chico de mis sueños. No importaba si venía en un blanco corcel, o si llegaba encima de una alfombra mágica; lo importante era que viniera a recogerme y que seamos felices para siempre.

Cursi ¿no?, demasiado diría yo.

Bueno, digamos que esas eran mis expectativas de la vida. Al menos hasta que cumplí doce y me di cuenta de que ese príncipe jamás llegaría.
¡Y es cierto!
No existe ningún hombre perfecto. Y menos en la generación en la que me tocó vivir.

Después de ese chasco me vi envuelta en mis estudios. Me concentré en eso y solo eso, tanto así que llegué a ser considerada como “la nerd” de mi escuela.

Y aunque fui la cerebrito por 8 años, aproximadamente, eso no hizo  que me deprimiera y me escondiera en un hueco de la biblioteca.
Seguí con mi vida hasta llegar a la universidad. Lugar, donde conocí a los que ahora son mis mejores amigos…Katia, Dereck, Catrina, David y Annabeth.

Todos ellos tienen su peculiar carácter.

Katia es la típica chica-loca que cree que la vida es una fiesta. Pero, eso no le quita lo lista que es. Ganó una beca para estudiar Ingeniería civil, aun
que al final la rechazó por querer estudiar Arquitectura.
Los números se le dan muy bien, pero ella no es capaz de admitirlo. Se siente irritada cuando piensan que ella es una chica prodigio, así que camufla su verdadera identidad en…pues…¡Las fiestas!
Fue mi mejor amiga desde que entré a la Universidad. Me apoyó con algunos cursos e incluso me ayudó a pagar mis estudios. No fue una cantidad de dinero enorme, pero lo aprecié mucho.


Catrina es nuestra más reciente “adquisión”.  Es una estudiante de intercambio directamente desde Francia, y es por eso que a veces se le da mal eso de hablar español. Se reparte el día entre pasar tiempo con nosotros, estudiar Diseño y practicar Castellano en un curso online.
Es una chica de pocas palabras. Tímida y bonita.

Dereck es otro cuento…
No es el más destacado en su facultad pero…es inteligente…Supongo.
Lo que más se le da bien es bromear y soltar comentarios fuera de lugar. Yo lo conocía hace mucho, pero en ese “entonces” él era parte de la pandilla de populares y yo solo era una más de la escuela.
Fue en la Universidad cuando realmente nos acercamos y nos hicimos amigos.

 
Annabeth…
Llegó a mí porque nos pusieron de compañeras en un trabajo de Literatura, y desde entonces no nos hemos separado. Su color de piel es trigueño, algo que hace resaltar su brillante melena negra.  Lleva gafas porque tiene un problema con la miopía; eso hace que se vea más inteligente de lo que ya aparenta ser.


A David…Uff!...Nuestro primer encuentro no fue muy bonito.
Estaba en la fiesta de graduación del instituto. Él estaba con sus amigotes, riendo y pasándola de maravilla. Mientras que yo, me entretenía leyendo un libro sobre mitología griega de la saga de Percy Jackson. Mi madre me había obligado a ir a esa tonta fiesta, y para ella no hay “pero” que valga.
Yo estaba tranquila...No molestaba a nadie, me encontraba en un rincón oscuro donde tenías que ver dos veces para notarme.
Sin embargo, David solo necesitó observarme una vez.
Cogió dos bebidas de la barra y caminó hasta mí con aire coqueto.

Pero, antes de llegar, dio un paso en falso y los líquidos se derramaron en todo mi vestido.

Me puse de pie totalmente furiosa. No porque mi vestido de fantasía se hubiera arruinado…¡Sino porque la bebida también había caído en mis libros, empapándolos, así, por completo!

David trató de disculparse, pero yo no estuve tranquila hasta que le acerté una bofetada en la mejilla.
 Desde entonces somos amigos.

Claro que, después, David tuvo que comprarme un libro nuevo. ¡Y así fue como decidí lo que quería ser!

El chico me llevó a la librería más grande que había visto en mi vida.
Ver a todos esos libros juntos, y sentir como me transportaba a otro universo me hacían sentir…¡Libre!...
Me hacían sentir cosas en el estómago. Tal vez cupido me había flechado con un libro, porque entonces entendí que los amaba con locura.

Amaba la forma en la que los autores expresaban sus sentimientos y los plasmaban en un papel…Arrancándole más de un suspiro, lágrima o incluso alguna que otra maldición a sus lectores.

Yo también quería hacer eso…¡Quería crear emociones en los corazones de las personas con tan solo leer un capítulo o un par de párrafos!
No sería nada fácil, pero si algo he aprendido de la vida es que lo fácil, en algunas ocasiones, te llevará a cosas buenas, pero lo difícil siempre te guiará hasta cosas espectaculares…

Desde entonces me he dedicado a escribir en la vieja laptop que una tía lejana me obsequió por mi cumpleaños.

Y aunque digan que es imprudente dejar mi trabajo de años en un antiguo portátil, que fácilmente podría romperse, perderse o incluso destruirse, yo creo que en ese lugar están más seguros.

Ahí nadie podrá criticarme por ser una posible mala escritora, o por saltarme algunas que otras pautas de las literaturas.

Mis amigos saben que escribo, pero lo únicos que han logrado ver mis obras son David y Tayler…

Tayler es mi hermano mayor…Cabello negro, ojos claros, tez pálida y una encantadora sonrisa.
Se podría decir que se parece a mí, claro, si es que yo sonriera más a menudo y tintara mi cabello castaño de negro y me comprara esos lentes de contacto que hacen que tu iris cambie de color.

Yo salí igual a mi madre y él igual a mi padre, así está la cosa.

De todos los hermanos del mundo, estoy feliz de que me haya tocado Tayler… Porque, apuesto a que ningún otro podría tolerar mis cambios de humor, mi recelo con mi portátil y mis discursos en la noche sobre lo bien que hace acostarse temprano.

Mi padre es un Tayler de mayor edad…Su nombre es Veronn, lo que resultó siendo todo un lío porque el nombre de mi madre es Veronica.

Sin embargo, a ellos no parece importarles que cada vez que digan: “Vero” los dos respondan al llamado…Creo que hasta les causa gracia.

Hoy, como todos los domingos, fui al centro comercial a comprar las provisiones de la semana.

Francamente, me sorprendí mucho al NO ver a mi padre en su puesto de trabajo…Él es guardia de aquel lugar y, por alguna razón, ha tenido que hacer doble turno últimamente.

Mi sorpresa fue aún mayor cuando vi un lujoso auto estacionado frente al edificio en el que vivía.
Pero, debo admitir que mis cejas se enarcaron aún más cuando vi a un hombre de edad avanzada saliendo por la puerta y bajando los dos peldaños con un fino maletín negro en la mano.

Al verme se volvió hacía mí. Me escaneó con la mirada y sonrió con ternura y satisfacción.

-Buenos días, señorita…-inclinó levemente su cabeza a modo de despedida-…Que pase buena tarde…

Correspondí al saludo y observé como aquel hombre se metía en su auto, cerraba la puerta del vehículo y aceleraba para después perderse en las calles del vecindario.

Suspiré y me dirigí al piso en el que vivía con las dos pesadas bolsas de compra en ambas manos.

Al llegar, abrí la puerta del apartamento y me dispuse a ingresar. Pero, me detuve en seco al ver a mis padres con una enorme sonrisa que les bordeaba la cara de oreja a oreja.

-¿Me he perdido de algo?...-reí.

Mi padre me ayudó con las bolsas. Se las llevó a la cocina en tanto que mi madre me hacía pasar y me pedía que me sentara en el sofá.

-Hija…-comenzó con nerviosismo-…Antes que nada…-se pauso por un momento y tragó saliva-…¿Sientes algún interés por un chico o…?

Rodé los ojos.

-Mamá…-interrumpí-…No es que no quiera casarme y formar una familia con un buen hombre…Es solo que…-suspiré con pesadez-…No, mamá, ¡no estoy interesada en ningún chico en particular!

-¿Y qué me dices de…-vaciló-…David…?

-Él es solo un amigo…Además, no soy su tipo…

Mi madre asintió con la cabeza lentamente y me sonrió.

Esta conversación ya la habíamos tenido muchas veces…Mi madre estaba inquieta con la idea de que yo me convirtiera en una tía solterona a la que todos los hombre le rehúyen.

Y en cierta forma, así era.
El noviazgo nunca había estado en mi lista de prioridades, pero eso no me preocupaba…Solo tenía veinte años…¡Tenía una vida por delante!-.

Primero lo primero: Conseguiría mi independencia económica, me mudaría, conseguiría un trabajo estable y finalmente le permitiría a cupido que me fleche.

¡No sé porqué tanta desesperación por conseguirme un marido!

Las horas pasaron. Mamá estaba preparando la cena y papá le estaba ayudando.

Tayler había llegado hace poco. Sobra decir que estaba agotadísimo por la faena laboral y se directamente a la cama.

Papá me había prometido decirme el porqué de sus colosales sonrisas al día siguiente, así que esperaba ansiosa a que las horas pasaran rápidamente.

Y así fue.
Me dormí temprano y bastaron solo un par de minutos para que cayera en los somnolientos brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente me desperté al escuchar el ruido de un auto acelerando.

Me senté en mi cama y emití un bostezo mientras trataba de que mi visión se adecuase a la iluminación del ambiente.

Sin embargo, lo que activo mis sentidos fue un ruido proveniente de la cocina.

Verifiqué la habitación.
Tayler no estaba en la cama de arriba del camarote, tal vez había ido a la cocina a buscar algo de comer y sin querer había roto algo.

Negué con la cabeza.
Mi hermano era lindo y todo, pero no podía quitarse esa manía de poner los objetos de vidrio al borde.

Me puse de pie y peiné mi cabello con mis dedos mientras caminaba hasta la cocina.

Al llegar me encontré con mi madre y Tayler recogiendo los pedacitos de vidrio.

El pelinegro tenía el ceño fruncido, en contraste con mi madre que parecía tener una actitud, más bien, sumisa.

-¡Buenos días!-saludé.

Tayler desvió su mirada hacía mí, sonrió con tristeza, se acercó a mí y me despeinó el cabello con desganes.

-¿Qué tal, enana?

-Tengo veinte, ¡ya no puedes llamarme así!...-reí en son de queja.

Tayler volvió a sonreír. Le dedicó una última mirada a mi madre y se fue, dejando tras él una gran intriga-.

-¿Qué le pasa?-pregunté sin terminar de entender la actitud de mi hermano.

Mi madre se encogió de hombros y le restó importancia al asunto:

-Se levantó de la cama con el pie izquierdo…¡Eso es todo!

Asentí con la cabeza y ayudé a mi madre a preparar el desayuno…¡Sopa instantánea!...¡Otra vez!...Ah!, y con pan con mantequilla…¡Y mermelada!...
¿Puede haber algo más rutinario?...¡Ah, sí!... un par de limones para la sopa.

Al final terminamos de preparar la comida y la servimos.

El desayuno fue silencioso. Ni mi padre, ni mi madre, ni Tayler, ni yo nos atrevíamos a romper el hielo.

Papá comía su sopa, mamá miraba su plato como si fuera lo más interesante del mundo y Tayler jugaba con su comida desganadamente.

Yo solo veía como todos se comportaban extraño.

-Este…-traté de romper el hielo-…¿Hay algo que tengo que saber?

Mis padres intercambiaron miradas de complicidad y sonrieron a la misma vez.
Tayler tensó su cuerpo y apretó sus puños con fuerza.

-Hija…-comenzó mi padre-…¡Al fin podrás cumplir tus sueños!, ¡Finalmente encontramos la solución para todos nuestros problemas!...

Abrí mis ojos como platos…
¡¿Al fin habíamos salido de nuestra mala situación económica?!...¡¿Podría cumplir mis sueños?!...¡¿Publicaría mis libros finalmente?!...

-Y todo eso se resume en una cosa…-hizo una pausa y ensanchó su sonrisa-…¡Tu matrimonio!

Mi sonrisa se esfumó. Tayler tensó aún más su organismo y yo solo atiné a quedarme en un estado de shock total.

-Q…qué??-titubeé.

-¡Y Daniel Claytton será tu esposo!...-agregó mi madre con emoción.

Me quedé quieta en mi asiento, tratando de asimilar todo lo que me estaba pasando…Lo único que pude hacer fue murmurar algo inentendible:

-Mi esposo??

*-*-*-*_*_*_*_*_*_*_*_*_*-*-*-*


Bien...En este capi se muestra mucha de la personalidad de nuestra protagonista: Amy...Espero que les haya gustado... Dejad vuestros comentarios... ;9
Bye, bye.


Charlotty...<3










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